Atlético Tucumán logró una victoria clave al imponerse 2-0 sobre Independiente en el Estadio Monumental José Fierro. Este partido, que había sido suspendido por lluvia semanas atrás, representaba mucho más que tres puntos: era una oportunidad para recuperar confianza y salir de la zona de descenso.
Desde el inicio, el equipo tucumano mostró una actitud renovada. Con un juego sólido y una entrega total, supo aprovechar sus oportunidades. Mateo Bajamich abrió el marcador a los 24 minutos del primer tiempo, mientras que Leandro Díaz selló el resultado a tres minutos del final. La hinchada celebró con euforia, consciente de que este triunfo puede marcar un punto de inflexión en la temporada.
Más allá del resultado, lo que realmente destacó fue la actitud del equipo. Atlético Tucumán venía de una serie de resultados adversos, pero en esta ocasión mostró compromiso y determinación. La victoria no solo les permite salir de la incómoda zona de descenso, sino que también les da un impulso anímico para los próximos desafíos.
El entrenador Lucas Pusineri, lejos de los festejos, fue autocrítico en la conferencia de prensa. Reconoció que el triunfo no borra la decepción de no haber clasificado a la siguiente fase del torneo, pero valoró el esfuerzo de sus jugadores en un contexto físico adverso. Apenas 48 horas antes, el equipo había disputado otro encuentro en Mendoza, lo que obligó a una rotación forzada en la alineación.
Este resultado reafirma la capacidad de Atlético Tucumán para sobreponerse a las dificultades y recuperar partidos pendientes. Ahora, el equipo deberá enfocarse en su próximo desafío contra Lanús, buscando cerrar el torneo con dignidad y planear la segunda mitad del año con optimismo renovado.
La noche del martes dejó una sensación de alivio y esperanza. Atlético Tucumán demostró que, cuando juega con convicción, puede competir y ganar. La pregunta ahora es si podrá mantener este nivel y consolidar su recuperación en el campeonato.
