La muerte de Mila Yankelevich, nieta de Cris Morena, sacudió al país con una fuerza que trasciende el mundo del espectáculo. A sus apenas siete años, la pequeña perdió la vida en un accidente náutico en la Bahía de Biscayne, Miami, cuando el velero en el que viajaba fue embestido por una barcaza. La noticia, confirmada el lunes por la noche, dejó a la familia y a miles de argentinos sumidos en una tristeza profunda.
Cris Morena, referente indiscutida de la televisión argentina, interrumpió su agenda laboral y voló de urgencia a Estados Unidos para acompañar a su hijo Tomás Yankelevich en el momento más desgarrador: despedir a su hija. Las imágenes de su llegada a Miami, vestida de negro y visiblemente afectada, reflejan el dolor que no necesita palabras.
💔 Una herida que se repite La tragedia revive el recuerdo de otra pérdida irreparable: la muerte de Romina Yan en 2010. Hoy, el destino vuelve a golpear a una familia que ha dado tanto al arte y la cultura popular, enfrentándola a un duelo que desafía toda lógica.
Mila, según sus allegados, era “la más libre de todas”. Su presencia en los eventos familiares, su espontaneidad y su vínculo con el universo creativo de su abuela, la convertían en una luz propia dentro de un linaje artístico.
🌊 Reflexión y respeto Más allá del dolor, esta tragedia invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la necesidad de acompañar desde el respeto. Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo, y figuras como Pampita y Nico Vázquez —quienes han atravesado pérdidas similares— expresaron su empatía con gestos cargados de humanidad