La preocupación no es nueva, pero sí creciente: los niveles de vacunación en el país siguen en descenso, y la respuesta de las autoridades sanitarias fue contundente. En un nuevo encuentro del Consejo Federal de Salud (COFESA), ministros de todo el país coincidieron en la necesidad de reforzar las coberturas, especialmente frente al avance de enfermedades prevenibles como el sarampión y los virus respiratorios.
Desde Tucumán, el ministro Luis Medina Ruiz remarcó la importancia de sostener —y elevar— las tasas de inmunización. Aunque la provincia muestra cifras aceptables, el riesgo epidemiológico obliga a no bajar la guardia. A nivel nacional, la foto es más preocupante: campañas como la de sarampión en el AMBA apenas alcanzan una cuarta parte de la población objetivo, según datos oficiales. Las vacunas están disponibles, pero el problema parece ser más de confianza y acceso que de stock.
La inversión no ha sido menor. En plena campaña invernal, se destinaron más de 37 millones de dólares a vacunas antigripales y otros 18 millones para enfrentar el Virus Sincicial Respiratorio. Con nuevos tableros de seguimiento, se apuesta a una estrategia más focalizada e inteligente. Pero el desafío no es solo técnico: es cultural y político. Se necesita más que logística para revertir una tendencia de desinformación, desgaste institucional y apatía social.
El encuentro también sirvió de plataforma para avanzar en otros ejes sanitarios, como el examen único de ingreso a residencias y el nuevo sistema de mediación prejudicial en salud. Aun así, la escena la dominó un mensaje transversal: sin vacunación, no hay sistema sanitario que alcance.
