viernes, mayo 9, 2025

Francos en el Congreso: entre respuestas evasivas y ausencias notorias

La comparecencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Cámara de Diputados marcó un hito en la política argentina: fue la primera interpelación a un funcionario nacional en más de tres décadas. Sin embargo, lo que prometía ser una jornada esclarecedora terminó dejando más preguntas que respuestas, en gran parte debido a las ausencias de los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, quienes optaron por responder por escrito, generando malestar en la oposición.

Francos enfrentó una sesión maratónica de casi diez horas, en la que intentó defender al presidente Javier Milei y desvincular al Gobierno del escándalo de la criptomoneda $LIBRA. A pesar de su habilidad como declarante, sus respuestas fueron calificadas por muchos legisladores como evasivas e insuficientes. La oposición presionó sobre temas clave, como las reuniones previas entre el presidente y los empresarios detrás de $LIBRA, pero Francos evitó comprometerse con detalles, argumentando que “eso lo tiene que definir la Justicia”.

La ausencia de Caputo y Cúneo Libarona fue uno de los puntos más polémicos de la jornada. Ambos ministros justificaron su inasistencia alegando problemas de agenda, pero su decisión de no presentarse fue interpretada por la oposición como una falta de respeto hacia el Congreso. Legisladores de distintos bloques no solo criticaron esta actitud, sino que también plantearon la posibilidad de recurrir a la fuerza pública para garantizar su presencia en futuras citaciones.

Francos, por su parte, intentó minimizar el impacto del caso $LIBRA, calificándolo como un “show político” enmarcado en la campaña electoral. Sin embargo, su estrategia de eludir los principales interrogantes dejó en evidencia las tensiones internas del oficialismo y la falta de coordinación en la defensa del Ejecutivo.

La sesión también expuso la fragilidad del vínculo entre el Gobierno y el Congreso. Mientras Francos se esforzaba por mantener la compostura, la ausencia de los ministros clave reforzó la percepción de un Ejecutivo que no está dispuesto a rendir cuentas de manera transparente. Esto no solo afecta la credibilidad del Gobierno, sino que también alimenta la desconfianza en un sistema político que debería priorizar la rendición de cuentas.

En definitiva, la comparecencia de Francos dejó un sabor amargo. Aunque logró sortear la interpelación sin mayores sobresaltos, las ausencias y las respuestas incompletas subrayaron la necesidad de un cambio en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. La pregunta que queda es si el Gobierno está dispuesto a asumir este desafío o si seguirá apostando por una estrategia de evasión.

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