El asesinato de María Verónica Leal, ocurrido en el predio del Mercofrut, ha sacudido a Tucumán y puesto en evidencia las deficiencias del sistema de protección a víctimas de violencia de género. La mujer, de 40 años, había denunciado a su expareja Carlos Álvaro Jerez apenas nueve días antes de ser brutalmente asesinada.
El crimen ocurrió en la madrugada del 30 de abril, cuando Leal se dirigía a su trabajo en un bar del Mercofrut. En el trayecto, fue interceptada por Jerez, quien la golpeó en la cabeza con una piedra y luego la degolló con un cuchillo. La autopsia reveló que sufrió múltiples heridas punzocortantes, incluyendo una de 18 centímetros de longitud, que afectó su vía aérea superior.
A pesar de la denuncia previa, la evaluación de riesgo realizada por la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) a cargo de laCorte Suprema de Justicia de la Nación calificó su situación como de peligrosidad media, lo que derivó en una falta de medidas de protección efectivas. Leal aún compartía domicilio con su agresor, lo que aumentó su vulnerabilidad.
Las cámaras de seguridad fueron clave para reconstruir los hechos. Los registros muestran que Jerez siguió a Leal desde su casa hasta el predio del Mercofrut, donde la atacó brutalmente. Luego, intentó deshacerse de las pruebas, escondiendo ropa ensangrentada en una bolsa que fue hallada por la policía.
Tras su captura, Jerez fue imputado por homicidio doblemente agravado, por el vínculo con la víctima y por haber sido cometido en un contexto de violencia de género. La justicia dictó seis meses de prisión preventiva, mientras avanza la investigación.
Este caso reaviva el debate sobre la eficacia del sistema de protección a víctimas de violencia de género y la necesidad de medidas más contundentes para evitar tragedias como esta. La pregunta que queda es si la sociedad y las instituciones tomarán acciones concretas para evitar que más mujeres sean asesinadas por sus agresores.