La economía argentina enfrenta un panorama complejo, marcado por dos datos recientes que podrían condicionar las negociaciones con el FMI y forzar un cambio en la política cambiaria. Por un lado, el Banco Central acumuló un saldo negativo de U$S 109 millones en un solo día, consolidando siete jornadas consecutivas de déficit en el mercado de cambios, con ventas totales que alcanzaron los U$S 1.313 millones. Por otro lado, los datos de la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) de febrero revelaron un déficit creciente en la balanza turística.
Según el INDEC, en febrero salieron del país 2.433.200 residentes, mientras que ingresaron 762.600 turistas extranjeros, lo que refleja un aumento del 73,7% en las salidas y una caída del 35,2% en las llegadas en comparación con el año anterior. Brasil se consolidó como el destino favorito, atrayendo al 40% de los argentinos que viajaron al exterior durante las vacaciones de verano.
Este fenómeno está estrechamente ligado a la política de tipo de cambio implementada por el gobierno, que ha generado condiciones favorables para el gasto en el exterior. Aunque los salarios han perdido poder adquisitivo en términos locales, su valor en dólares se ha incrementado en un 60% en el último año, incentivando el turismo internacional.
El impacto de esta dinámica es significativo. Durante 2024, el turismo generó una salida de divisas de U$S 9.819 millones, con un déficit de U$S 7.011 millones. Solo en enero de este año, el déficit por turismo creció un 413%, alcanzando más de U$S 1.000 millones. De continuar esta tendencia, el déficit anual podría superar el récord de U$S 10.709 millones registrado en 2017, un antecedente que culminó en la crisis cambiaria de 2018.
Estos números refuerzan la presión del FMI para una depreciación del tipo de cambio, una medida que, aunque podría aliviar el drenaje de dólares, tendría un impacto directo en los precios y en el poder adquisitivo de los trabajadores. La economía argentina se encuentra, una vez más, en una encrucijada donde las decisiones de política económica tendrán repercusiones profundas en el corto y mediano plazo.