El gobierno de Javier Milei, con Luis “Toto” Caputo al frente de la economía, ha profundizado su estrategia de financiamiento basada en la emisión de nuevos bonos y la toma de deuda externa. A pesar de los intentos por mostrar un superávit fiscal, los números reales revelan una situación preocupante: el déficit se acumula en la sombra, mientras los compromisos financieros se multiplican.
Desde fines de 2023, el Ministerio de Economía ha recurrido a instrumentos como las LECAP, BONCAP, LEFI y PR17, que capitalizan intereses y postergan pagos, generando una falsa sensación de estabilidad. Sin embargo, esta estrategia no hace más que agravar el problema estructural de la deuda, repitiendo esquemas que en el pasado llevaron a crisis económicas severas, como el default de 2001 y el “reperfilamiento compulsivo” de 2018.
En abril de 2025, el Tesoro Nacional reportó un superávit financiero de $572.341 millones, pero al incluir los intereses capitalizados, el resultado real arroja un déficit de $4.190.377 millones. Solo en ese mes, la capitalización de intereses totalizó $4.762.718 millones, evidenciando el carácter ilusorio de los superávits celebrados oficialmente.
Además, el gobierno ha lanzado una nueva estrategia financiera que incluye la toma de deuda en dólares con bancos internacionales. En una reciente licitación, el Banco Central convocó a una emisión adicional de hasta U$S2.000 millones, sin brindar detalles sobre las condiciones financieras del acuerdo. Esta dependencia de financiamiento externo, sumada a tasas de interés elevadas y una creciente fragilidad cambiaria, pone en duda la sostenibilidad del modelo económico libertario.
El fracaso de la gestión de Caputo se refleja en la incapacidad de estabilizar la economía sin recurrir a mecanismos de endeudamiento que comprometen el futuro del país. La historia económica argentina ha demostrado que estos esquemas suelen terminar en crisis, y los indicadores actuales sugieren que el desenlace podría ser similar. ¿Estamos frente a una repetición con guion conocido y final anunciado?
La pregunta que queda es si el gobierno podrá sostener este modelo sin generar un nuevo colapso financiero. Mientras tanto, la deuda sigue creciendo y la estabilidad económica parece cada vez más un espejismo.