El gobierno de Javier Milei enfrenta un mes clave en materia económica, con vencimientos de deuda que pondrán a prueba su estrategia financiera. En junio, Argentina deberá afrontar pagos por más de USD 4.900 millones, una cifra que incluye compromisos con bonistas privados y organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La administración de Milei ha apostado por una política de ajuste fiscal y acumulación de reservas para garantizar el cumplimiento de estos pagos. En los últimos meses, el Ministerio de Economía, liderado por Luis Caputo, ha utilizado los excedentes de colocaciones de deuda en el mercado local para comprar dólares y fortalecer el respaldo financiero del país. Sin embargo, la incertidumbre persiste, especialmente por la falta de acceso a financiamiento externo debido al alto riesgo país, que se mantiene por encima de los 600 puntos.
Uno de los principales desafíos es la deuda con el FMI, que representa USD 3.000 millones dentro de los vencimientos de junio. Aunque el gobierno ha buscado renegociar los términos del acuerdo, hasta el momento no se han concretado nuevos desembolsos por parte del organismo. Esto obliga a la administración a recurrir a sus reservas o a buscar alternativas en el mercado financiero.
Además, Argentina deberá afrontar pagos de Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), que suman USD 2.100 millones. Estos títulos fueron emitidos como parte de la estrategia para reestructurar la deuda, pero su impacto en la estabilidad económica aún es incierto.
El gobierno ha dejado en claro que su objetivo es evitar una nueva reestructuración de deuda, apostando a la disciplina fiscal y a la reducción del gasto público. Sin embargo, la falta de financiamiento externo y la presión de los vencimientos generan dudas sobre la viabilidad de esta estrategia.
Con un panorama financiero complejo, junio será un mes determinante para la economía argentina. La capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos sin comprometer la estabilidad económica marcará el rumbo de los próximos meses y definirá la confianza de los mercados en la gestión de Milei.
