miércoles, septiembre 10, 2025

San Martín y una derrota que duele más allá del marcador

La Ciudadela fue testigo de una noche que quedará marcada en la memoria colectiva del hincha como una de las más oscuras de los últimos tiempos. San Martín cayó 0-3 como local ante Arsenal, el último de la tabla, en un partido que debía ser trampolín y terminó siendo abismo. La derrota no solo dejó al equipo lejos de los primeros puestos: desnudó falencias estructurales, desconexión emocional y una crisis que ya no se puede maquillar.

🧨 El golpe más duro: perder contra el que nadie esperaba

Arsenal llegaba a Tucumán como colista, urgido de puntos y con un plantel limitado. Pero encontró un rival desorientado, lento y sin alma. El “Santo” fue superado en todos los aspectos del juego: intensidad, precisión, actitud. Cada ataque visitante parecía una amenaza, cada pelota dividida terminaba en pies ajenos. El doblete de Ignacio Sabatini y el gol de Tomás González fueron apenas la expresión numérica de una superioridad que dolió más por lo simbólico que por lo futbolístico.

🧊 La Ciudadela, del aliento a la furia

El clima en las tribunas mutó rápidamente. Lo que comenzó como expectativa se transformó en decepción, y luego en bronca. El “que se vayan todos” tronó con fuerza, alcanzando a jugadores, cuerpo técnico y dirigencia. La hinchada, acostumbrada a ser sostén, esta vez fue espejo de una frustración acumulada. No hubo piedad ni matices: solo tres jugadores escaparon al repudio generalizado.

🧭 ¿Y ahora qué?

San Martín tenía la chance de acercarse en la tabla tras la caída de Deportivo Madryn. Pero la oportunidad se esfumó en una actuación que dejó más preguntas que respuestas. ¿Hay proyecto? ¿Hay liderazgo? ¿Hay reacción? El equipo quedó quinto con 44 puntos y deberá visitar a Colegiales en la próxima fecha, con la presión de revertir no solo los números, sino el ánimo colectivo.

🧠 Una derrota que exige reflexión

Perder contra el último no es solo perder tres puntos. Es perder credibilidad, perder conexión con la gente, perder el rumbo. El fútbol, como la política, se construye con gestos, resultados y coherencia. Y San Martín, hoy, parece haber extraviado los tres.

La Ciudadela no exige milagros. Exige compromiso, identidad y respeto por su historia. Y después de esta derrota, el silencio ya no es opción.

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