El Gran Premio de Mónaco 2025 volvió a demostrar por qué es una de las carreras más desafiantes y emblemáticas de la Fórmula 1. En un circuito donde adelantar es casi imposible, la estrategia y la gestión de neumáticos fueron claves para definir el resultado. Lando Norris se llevó la victoria con McLaren, seguido por Charles Leclerc y Oscar Piastri, en una competencia marcada por la precisión y la paciencia de los pilotos.
Desde el inicio, la carrera estuvo condicionada por las dos paradas obligatorias en boxes, lo que llevó a los equipos a jugar sus cartas con inteligencia. La salida fue limpia, pero el accidente de Gabriel Bortoleto en la primera vuelta generó un auto de seguridad virtual que algunos aprovecharon para cambiar neumáticos. A lo largo de la prueba, los abandonos de Pierre Gasly y Fernando Alonso alteraron el orden, pero sin grandes sorpresas en la punta.
Uno de los protagonistas de la jornada fue Franco Colapinto, quien completó su segunda carrera con Alpine y logró un sólido puesto 13 tras largar 18°. En un trazado donde la velocidad pura no es suficiente, el argentino mostró una gran capacidad de adaptación y estrategia. Su equipo anticipó las paradas obligatorias con inteligencia, permitiéndole avanzar posiciones sin necesidad de arriesgar en pista. Aunque no pudo superar a ningún rival directamente, sí aprovechó los incidentes y las decisiones tácticas para escalar en la clasificación. Su ritmo de carrera fue consistente, y su administración de neumáticos le permitió mantener tiempos competitivos hasta el final.
Mónaco sigue siendo un circuito donde la clasificación define gran parte del resultado, pero la gestión de carrera puede marcar la diferencia. Para Colapinto, este desempeño representa otro paso adelante en su adaptación a la máxima categoría, consolidando su lugar en Alpine y demostrando que tiene el talento para seguir progresando en la Fórmula 1.