Fernando Gago y el eterno ciclo de inestabilidad en Boca
La historia se repite en Boca Juniors. Fernando Gago dejó de ser el entrenador del equipo tras la derrota en el Superclásico ante River Plate, un golpe que terminó de sellar su destino en el club. La decisión fue tomada por el Consejo de Fútbol, encabezado por Juan Román Riquelme, quien optó por cortar el ciclo de “Pintita” luego de una serie de resultados adversos y cuestionamientos sobre su planteo táctico.
Desde su llegada en octubre de 2024, Gago intentó imponer su estilo de juego, basado en la posesión y la presión alta. Sin embargo, los resultados no acompañaron su propuesta. La eliminación en la Copa Libertadores ante Alianza Lima y la reciente caída en el Monumental fueron los detonantes de una crisis que terminó con su salida. A pesar de haber conseguido 17 victorias en su ciclo, la falta de contundencia en los momentos clave y la presión constante del entorno xeneize hicieron que su proyecto no tuviera continuidad.
El despido de Gago no es un hecho aislado, sino parte de un patrón que se ha repetido en Boca desde la llegada de Riquelme a la dirigencia. La falta de estabilidad en el puesto de entrenador ha sido una constante, con técnicos que no logran sostenerse más de una temporada. La exigencia del club, sumada a la impaciencia de los hinchas y la dirigencia, hace que cualquier traspié se convierta en una crisis irreversible.
Ahora, Boca se enfrenta a una nueva etapa de incertidumbre. Mariano Herrón asumirá como interino, mientras la dirigencia busca un reemplazo definitivo. Entre los nombres que suenan están Rodolfo Arruabarrena, Gerardo Martino y Gustavo Quinteros. La pregunta es si el próximo entrenador tendrá el tiempo y el respaldo necesario para construir un proyecto sólido, o si será otro capítulo más en la historia de inestabilidad del club.
La salida de Gago deja en evidencia que en Boca no hay margen para el error. La presión es constante y los resultados mandan. Mientras el club sigue buscando su identidad futbolística, la pregunta sigue abierta: ¿cuándo Boca logrará consolidar un proyecto a largo plazo?