Lo que se vivió anoche en el Monumental fue un espectáculo digno de la grandeza del fútbol argentino. La Albiceleste, con un juego sólido y contundente, le dio una clase de fútbol a Brasil, ganando por 4-1 y dejando en claro quién manda en Sudamérica.
Desde el primer minuto, Argentina salió a dominar. Julián Álvarez encendió la fiesta con un gol tempranero que desató los cánticos en las tribunas. Después, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister se encargaron de ampliar la ventaja. Y para cerrar con broche de oro, Giuliano Simeone puso el cuarto gol, haciendo vibrar hasta al hincha más escéptico.
Brasil intentó responder con un gol de Matheus Cunha, pero nunca pudo equiparar el ritmo ni la intensidad del equipo de Scaloni. Los brasileños llegaron con expectativas altas, pero se toparon con una Argentina que, aunque sin Messi en el campo, demostró que tiene un plantel lleno de talento y garra.
El Monumental fue una fiesta: hinchas eufóricos, fuegos artificiales y una conexión que reafirma el amor por la camiseta celeste y blanca. Una noche que seguramente quedará en el corazón de los argentinos y en la memoria de aquellos que presenciaron este clásico único.
