El Teatro Mercedes Sosa fue testigo de una de esas noches que no se olvidan. Lázaro Caballero celebró sus 25 años con la música en un show que fue mucho más que un recital: fue una fiesta de identidad, emoción y encuentro. El formoseño, que arrancó su camino artístico a los siete años, desplegó un repertorio cargado de tradición, pero también de frescura, con una puesta en escena que combinó lo criollo con lo contemporáneo.
Pero lo que convirtió la velada en un hito fue la aparición de tres invitados que encendieron al público tucumano: Cristian Herrera, Sofi Salomón y el grupo Las 4 Cuerdas. Cada uno aportó su impronta, su energía y su vínculo con el folclore joven que hoy pisa fuerte en los escenarios del país. El potro Herrera, con su potencia vocal y carisma, fue ovacionado al interpretar junto a Lázaro una versión vibrante de “La Callejera”. Sofi Salomón, con su estilo fresco y su conexión con las nuevas generaciones, aportó una cuota de ternura y fuerza femenina que emocionó. Y Las 4 Cuerdas, con su virtuosismo instrumental, le dieron al show un vuelo musical que desbordó técnica y pasión.

El público, que colmó la sala, respondió con pañuelos al aire, palmas sostenidas y una energía que convirtió al teatro en peña. No fue solo un espectáculo: fue una reafirmación de que el folclore no es pasado, sino presente vivo y futuro en construcción. Lázaro, lejos de encerrarse en la nostalgia, eligió compartir el escenario con artistas que representan la renovación del género, en un gesto de generosidad y visión.
La noche en el Mercedes Sosa no fue solo una celebración de trayectoria. Fue una declaración de principios: que la música popular se defiende con talento, con raíces y con comunidad. Y que cuando el arte se hace con el corazón, no hay grieta que lo divida.