Yerba Buena, reconocida por su calidad de vida y entorno natural privilegiado, enfrenta una paradoja: a pesar de ser un municipio con un fuerte perfil recreativo, la falta de infraestructura adecuada para la práctica deportiva sigue siendo un problema latente. En ausencia de circuitos seguros, la Avenida Perón se ha convertido en el epicentro del deporte urbano, aunque con todos los riesgos que esto implica.
Una ciudad activa, pero sin planificación deportiva
El crecimiento demográfico y la adopción masiva de la actividad física en la ciudad han generado una necesidad urgente de espacios adecuados para correr, andar en bicicleta o entrenar al aire libre. Sin embargo, la falta de políticas deportivas por parte de los gobiernos de Mariano Campero y Pablo Macchiarola ha dejado mucho que desear, con una gestión que nunca priorizó la infraestructura deportiva como parte de su desarrollo urbano.
Yerba Buena es el único municipio de Tucumán que, tras diez años de gestión, sigue sin contar con un complejo deportivo municipal propio ni con circuitos seguros para deportes de resistencia. Mientras otras localidades han desarrollado espacios específicos para la actividad física. Los corredores y ciclistas de Yerba Buena siguen relegados a las calles, exponiéndose diariamente a riesgos innecesarios.
El peligro de entrenar en la vía pública
La Avenida Perón, con su extensión estratégica, ha terminado por convertirse en la única opción para quienes buscan mantenerse activos. Sin embargo, esto conlleva una serie de riesgos evidentes:
- Alta circulación vehicular, especialmente en horarios pico.
- Falta de señalización adecuada para corredores y ciclistas.
- Iluminación insuficiente en varios tramos, lo que agrava la inseguridad nocturna.
- Problemas de seguridad, tanto por accidentes como por hechos delictivos.
Los vecinos han manifestado su preocupación y reclamos, exigiendo la construcción de un circuito seguro que permita el desarrollo de actividades deportivas sin interferencias con el tránsito. Además, en las últimas semanas se han registrado varios accidentes en la zona, algunos de ellos con consecuencias graves.
Promesas incumplidas y proyectos inconclusos
Si bien la municipalidad ha impulsado programas deportivos gratuitos en espacios públicos, la infraestructura sigue ausente. Algunos proyectos, como el de La Hoya, han sido anunciados con entusiasmo, pero hasta el momento solo existen en renders y discursos, sin avances concretos. De manera similar, los vecinos han comenzado a utilizar las orillas del Parque Prebisch, un proyecto que también quedó estancado, reflejando una falta de gestión y seguimiento en la planificación.
La inseguridad en el Parque Prebisch
Otro punto crítico es la calle San Luis, en las inmediaciones del Parque Prebisch, donde los deportistas han tomado como nuevo punto para realizar actividad física pero falta de iluminación y presencia policial ha convertido la zona en un foco de inseguridad durante las noches. Vecinos y deportistas han denunciado robos y agresiones, lo que ha generado temor entre quienes suelen utilizar el parque para entrenar.
La ausencia de medidas preventivas por parte del municipio han sido motivo de críticas, ya que la problemática se ha agravado sin respuestas concretas.
Si Yerba Buena aspira a consolidarse como una ciudad realmente preparada para el deporte urbano, la inversión en infraestructura pública no puede seguir siendo una asignatura pendiente. Los gobiernos locales deben abandonar las promesas inconclusas y avanzar hacia una solución real, que permita a los vecinos entrenar con seguridad y sin depender del azar de las calles.
El desafío es claro: ¿seguirá Yerba Buena relegando la planificación deportiva a un segundo plano, o finalmente dará el salto hacia un modelo de desarrollo urbano integral? La respuesta está en manos de quienes gobiernan.
