Al igual que el flautista de Hamelin, Miley nos está conduciendo, al son de una musica que no nos representa , a un abismo sin pasaje de retorno…no obstante, la repitió y la repite tanto, que gran parte de los argentinos terminó siendo parte de ése colectivo que transita, con la cabeza en blanco, hacia un precipicio oscuro y profundo…
Cómo sucede con la historia de Hamelin, después vendrán los niños, nuestro futuro.
Estamos hablando de Trump, por supuesto y también de otros niveles del poder, más altos que el mismísimo Presidente de los EEUU. Es entendible que el hombre del norte tome medidas que, según su criterio (equivocado o no) protegen a su país. Lo terrible es que nuestro Presidente tome las mismas medidas pero para proteger lo mismo que Trump: al país del norte, despojando al propio de soberanía, derechos y recursos.
La vinculación con la OMS, para dar un ejemplo, le conviene a los países del Tercer Mundo. A las potencias mundiales, por supuesto, no les mueve el amperímetro.
Para justificar su objetivo : mercantilizar la salud, la educación y la producción de ciencia, Miley toca la cantinela de Trump: toda política pública, tendiente a garantizar derechos, progreso y bienestar de la población, es ” ideología marxista”
Ésta nota continuará…
Por: Lic. María de Fátima Gatti
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