jueves, noviembre 13, 2025

Tucumán Debate: entre promesas y gestión, Jaldo marca el ritmo

Este lunes por la noche, los principales candidatos a diputado nacional por Tucumán se enfrentaron en el ciclo “Tucumán Debate”, transmitido por La Gaceta Play. El evento, que reunió a seis aspirantes de distintas fuerzas políticas, se convirtió en una vitrina de propuestas, réplicas y posicionamientos de cara a las elecciones del 26 de octubre.

Entre los participantes, el actual gobernador en uso de licencia y líder del Frente Tucumán Primero, Osvaldo Jaldo, se destacó por una estrategia discursiva centrada en la gestión, la continuidad institucional y el vínculo con el territorio. Su presencia no fue solo la de un candidato más: fue la de quien ya ocupa el centro del tablero político provincial.

Durante el debate, Jaldo apeló a un tono sereno pero firme. No se limitó a prometer: mostró resultados. Habló de obras públicas, de articulación con el sector privado y de la necesidad de “seguir el rumbo correcto” que, según él, ha permitido a Tucumán sostener indicadores de crecimiento en un contexto nacional adverso.

Su intervención se apoyó en una narrativa de continuidad: “La gente necesita saber que hay un gobierno que gestiona y cumple”, afirmó, en clara alusión a su paso por la gobernación y a su intención de proyectar esa experiencia al Congreso.

Contrastes y tensiones

El contraste con otros candidatos fue evidente. Mientras figuras como Roberto Sánchez (Frente Unidos por Tucumán) y Federico Pelli (La Libertad Avanza) apostaron por discursos disruptivos y críticas al modelo actual, Jaldo se posicionó como garante de estabilidad. Paula Omodeo (CREO) y Alejandra Arreguez (FIT-Unidad) aportaron miradas más sectoriales, pero sin lograr desplazar el eje que Jaldo impuso: gestión versus promesa.

Ricardo Bussi, por su parte, mantuvo su estilo confrontativo, aunque con menor protagonismo que en debates anteriores.

¿Qué deja este debate?

  • Para el oficialismo: Jaldo consolidó su rol como figura central del peronismo tucumano. Su participación fue más institucional que electoral, buscando reforzar la idea de que Tucumán necesita representación con experiencia y capacidad de gestión.
  • Para la oposición: El desafío sigue siendo cómo interpelar al electorado sin caer en la mera crítica. La falta de propuestas concretas en algunos discursos dejó espacios que Jaldo supo ocupar con datos y relato.
  • Para la ciudadanía: El debate ofreció una oportunidad para comparar estilos, ideas y trayectorias. Pero también dejó en evidencia que, en Tucumán, la política sigue girando en torno a figuras con fuerte arraigo territorial.

En tiempos de polarización y promesas vacías, Jaldo eligió el camino de los hechos. ¿Alcanzará con eso para convencer a un electorado cada vez más exigente? El 26 de octubre lo dirá. Pero si algo quedó claro en este debate, es que en Tucumán, la gestión sigue siendo el argumento más poderoso.

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