martes, septiembre 9, 2025

Septiembre define más que votos: los mercados en alerta por las elecciones en Buenos Aires

La antesala electoral en la provincia de Buenos Aires se ha convertido en un verdadero campo minado para los mercados financieros. A medida que se acerca el 7 de septiembre, los operadores bursátiles, los analistas y los inversores se mueven con cautela, como si cada dato fuera una señal de alarma. No es para menos: el resultado de las urnas podría redefinir el equilibrio político y económico del país en cuestión de horas.

La expectativa no gira en torno a quién gana una sección o qué partido domina un municipio. Lo que realmente importa —y lo que los mercados descuentan con ansiedad— es la diferencia de votos entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria en el total provincial. Según estimaciones privadas, una derrota ajustada del oficialismo podría incluso generar un rebote positivo en bonos y acciones. Pero si la brecha supera los 7 puntos, el escenario se vuelve sombrío: más presión cambiaria, más riesgo país y menos margen de maniobra para el equipo económico.

En los últimos días, el Banco Central y el Tesoro han intervenido con fuerza en el mercado cambiario, inyectando cientos de millones de dólares para contener la demanda y evitar una corrida. Pero esa estrategia tiene límites. Como advirtió el economista Miguel Ángel Broda, el modelo fiscal, monetario y cambiario está subordinado al calendario electoral, y eso exige una recalibración urgente después de los comicios.

La fragilidad del esquema actual también fue señalada por Javier Timerman, quien alertó sobre la desconexión entre el plan económico oficial y la realidad social. “La economía tiene fiebre altísima”, dijo, en referencia a la tensión acumulada por la falta de acceso al crédito, el atraso cambiario y la incertidumbre política.

El riesgo país, por su parte, volvió a niveles alarmantes: cerca de los 900 puntos básicos, muy por encima del promedio regional. La desconfianza se alimenta no solo de los números, sino también de los recuerdos. La sorpresa electoral de 2019 sigue latente, y los inversores aprendieron a no confiar ciegamente en las encuestas.

En este contexto, la elección bonaerense se transformó en una especie de “Día D” para el gobierno. Una derrota contundente podría erosionar el capital político de Javier Milei y complicar aún más el camino hacia octubre. Como advirtió la consultora PxQ, el riesgo no es solo electoral, sino económico: una caída fuerte en PBA podría disparar el dólar y aumentar la probabilidad de una nueva derrota nacional.

La pregunta del millón —o de los miles de millones— es qué resultado necesita el oficialismo para sobrevivir políticamente y sostener la estabilidad financiera. Porque si septiembre se convierte en un tropiezo, octubre podría ser una cuesta imposible de remontar.

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