Después de 120 días de sequía, Boca Juniors volvió a sonreír. El 3-0 ante Independiente Rivadavia en el Malvinas Argentinas no solo cortó una racha de 12 partidos sin triunfos: también encendió una chispa de esperanza en un equipo que venía navegando en la incertidumbre. Pero, ¿es este resultado el inicio de una remontada o apenas un alivio momentáneo?
Russo, entre la reconstrucción y la urgencia
Miguel Ángel Russo, cuestionado por los vaivenes tácticos y la falta de resultados, apostó por un once con mezcla de experiencia y juventud. El doble cinco con Leandro Paredes y Rodrigo Battaglia funcionó como eje de equilibrio, mientras que la defensa mostró solidez con Lautaro Di Lollo y Marco Pellegrino. El DT parece haber encontrado algunas piezas, pero la presión por clasificar a la Libertadores 2026 no da margen para ensayos prolongados.
Individualidades que piden pista
El partido dejó nombres propios que podrían cambiar el curso del semestre. Brian Aguirre desequilibró por derecha, Alan Velasco se estrenó en la red con la camiseta azul y oro, y Ezequiel “Changuito” Zeballos volvió al gol tras seis meses. Jugadores que habían perdido terreno en la consideración del cuerpo técnico ahora reclaman protagonismo.
¿Qué dice la tabla?
Con este triunfo, Boca alcanzó los 39 puntos en la Tabla Anual y se metió en zona de repechaje para la Libertadores. Superó a Argentinos Juniors y quedó detrás de River y Rosario Central. El Clausura aún ofrece chances, pero el margen de error es mínimo: cada fecha será una final.
¿Cambio de mentalidad o espejismo táctico?
La pregunta que sobrevuela en el mundo Boca es si esta victoria representa un cambio estructural o apenas un oasis en medio del desierto. El equipo mostró actitud, orden y contundencia, pero necesita sostenerlo ante rivales de mayor jerarquía. La Lepra mendocina, con todo respeto, no es parámetro definitivo.
Boca Juniors volvió a ganar. Y eso, en sí mismo, ya es noticia. Pero el verdadero desafío empieza ahora: transformar una goleada en Mendoza en una racha, una idea, un proyecto. Porque en el fútbol, como en la vida, no alcanza con volver. Hay que quedarse.