martes, agosto 19, 2025

Superávit con propósito: Jaldo y la inversión pública como política de Estado

En tiempos donde el equilibrio fiscal suele convertirse en un fin en sí mismo, el gobernador Osvaldo Jaldo propone una narrativa distinta: el superávit no es trofeo, sino herramienta. Así lo dejó claro durante la inauguración del nuevo servicio de radiología en la Asistencia Pública y la entrega de dos ambulancias cero kilómetro, en un acto que combinó gestión, simbolismo y compromiso social.

Salud pública: inversión en tiempos de escasez

La Asistencia Pública, reabierta en 2024 tras más de cinco años de inactividad, se ha transformado en un emblema de recuperación institucional. Con atención las 24 horas y una infraestructura renovada, el centro asistencial capitalino se consolida como un nodo estratégico en el sistema sanitario. La incorporación de tecnología de diagnóstico por imagen y la entrega de ambulancias refuerzan su capacidad operativa, pero también su rol simbólico: el Estado presente, incluso cuando los recursos escasean.

Jaldo lo expresó con claridad: “Las inversiones se hacen no cuando sobran los fondos, sino cuando menos hay”. Esa frase, lejos de ser retórica, condensa una filosofía de gestión que prioriza lo esencial: salud, educación y seguridad.

Superávit con destino: una diferencia de política

En medio de una crisis económica que golpea a las provincias, el Gobierno tucumano ha logrado mantener el equilibrio fiscal. Pero lo que marca la diferencia no es el número en sí, sino su aplicación. “¿De qué sirve un superávit si no se lo vuelca al servicio de mejorar la calidad de vida de la gente?”, se preguntó el mandatario. La respuesta está en los hechos: obras, servicios, equipamiento y presencia territorial.

Este enfoque contrasta con modelos que privilegian el ajuste por sobre la inversión. En Tucumán, el superávit se convierte en motor de políticas públicas, no en excusa para la inacción.

Articulación municipal y provincial: gestión sin fronteras

La presencia de la intendenta Rossana Chahla, junto a funcionarios provinciales y legisladores, evidenció una articulación institucional que trasciende colores políticos. La Asistencia Pública, bajo gestión municipal, recibió más de 265.000 personas desde su reapertura, derivando solo el 1% a hospitales. Ese dato no solo habla de eficiencia, sino de descentralización inteligente.

La inversión conjunta en salud pública muestra que, cuando hay voluntad política, las fronteras administrativas se diluyen en favor del bienestar colectivo.

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