En un contexto donde la seguridad ciudadana se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales, el gobernador Osvaldo Jaldo ha asumido un rol protagónico que trasciende lo meramente institucional. Su presencia constante en reuniones con la plana mayor de la Policía y del Servicio Penitenciario, como la celebrada recientemente, no es solo un gesto político: es una señal clara de conducción estratégica.
📊 Gobernar con datos, escuchar con compromiso
Durante el encuentro, Jaldo no solo recibió informes sobre el Operativo Lapacho y el mapa del delito, sino que también trasladó inquietudes ciudadanas directamente a las fuerzas de seguridad. Este canal de comunicación directa entre el Ejecutivo y la calle refuerza una lógica de gestión que prioriza la escucha activa y la toma de decisiones basada en evidencia.
🚔 Operativo Lapacho: una política de Estado
El Operativo Lapacho, inicialmente diseñado para combatir el narcotráfico, ha evolucionado hacia una herramienta integral contra el delito común y la economía informal. Bajo el impulso del gobernador, se han incorporado tecnologías como escáners móviles, canes entrenados y controles coordinados con Gendarmería Nacional. Esta expansión no solo responde a una necesidad operativa, sino que refleja una voluntad política de blindar la provincia frente a amenazas externas.
🏗️ Infraestructura penitenciaria: planificación con horizonte
La ampliación del penal de Benjamín Paz, prevista para septiembre, es otro ejemplo del enfoque estructural que Jaldo imprime a su gestión. No se trata solo de sumar metros cuadrados, sino de abordar el problema de la sobrepoblación carcelaria con una mirada de largo plazo, que articule justicia, rehabilitación y derechos humanos.
🤝 Reconocimiento desde las fuerzas
El jefe de Policía, Joaquín Girvau, lo expresó sin rodeos: “El gobernador se preocupa y se ocupa”. Esa doble dimensión —preocupación genuina y ocupación efectiva— es la que permite que las fuerzas de seguridad operen con respaldo político y claridad de objetivos. La comunicación diaria entre Jaldo y los responsables operativos fortalece la legitimidad institucional y la eficacia en el terreno.
La seguridad en Tucumán no se construye solo con patrulleros ni con estadísticas. Se construye con liderazgo, planificación y compromiso. Y en ese sentido, el gobernador Osvaldo Jaldo ha decidido no mirar desde el palco, sino estar en el centro del escenario, donde se toman las decisiones que realmente impactan en la vida de los tucumanos.
