En un rincón del este tucumano, donde los caminos de tierra y los desafíos cotidianos hacen eco de la desigualdad estructural, una escuela pública se convirtió en símbolo de esperanza y transformación. La Escuela Media Gobernador Piedrabuena, ubicada en la localidad homónima, fue seleccionada entre las diez mejores del planeta en los prestigiosos World’s Best School Prizes 2025, organizados por T4 Education en el Reino Unido. No se trata de una hazaña menor: es una historia de compromiso, creatividad e inclusión real en una Argentina donde la educación rural suele quedar al margen.
La nominación en la categoría “colaboración con la comunidad” no es un premio al azar. Es el resultado de años de trabajo sostenido, donde docentes, estudiantes y vecinos construyeron puentes entre el aula y la vida. Con proyectos pedagógicos que nacen de las necesidades locales —como la radio escolar Piedralibre o el museo comunitario—, esta secundaria demuestra que educar también es escuchar, abrazar trayectorias diversas y crear espacios donde todos puedan soñar en voz alta.
Lo más inspirador quizá no sea el reconocimiento internacional, sino los números humanos detrás del logro: una matrícula que creció, un 98% de permanencia estudiantil, y un 70% de egresados con planes de continuar estudios superiores. En una región donde muchos jóvenes son la primera generación en terminar la secundaria, eso es revolucionario.
La visita de la ministra de Educación, el acto simbólico y la videollamada con Londres son apenas una postal del presente. Lo profundo está en la pedagogía del cuidado, en el respeto por los tiempos de cada estudiante y en la convicción de que una escuela puede ser el corazón latente de su comunidad.
Tucumán tiene muchas deudas pendientes, pero también tiene motivos para creer. Y esta escuela, con sus paredes rurales y su mirada al mundo, es uno de ellos.
