El automovilismo argentino celebra una noticia histórica: Franco Colapinto ha sido confirmado como piloto titular de Alpine en la Fórmula 1. A partir del Gran Premio de Emilia-Romaña en Imola, el joven de 21 años ocupará el asiento que hasta ahora pertenecía al australiano Jack Doohan, quien fue desplazado por su bajo rendimiento.
El ascenso de Colapinto no fue casualidad. Desde su llegada a Alpine como piloto de reserva, el argentino trabajó en silencio, destacándose en el simulador y en pruebas privadas. Su desempeño en los tests de Barcelona, Monza y Qatar convenció a la escudería francesa de que estaba listo para dar el salto. Además, el respaldo de Flavio Briatore, asesor ejecutivo del equipo, fue clave en la decisión.
La confirmación de Colapinto llega en un momento de reconfiguración interna en Alpine. La renuncia del director deportivo Oliver Oakes abrió la puerta a cambios estratégicos, y Briatore tomó el mando del equipo, apostando por el talento del argentino. Con esta decisión, Alpine busca mejorar su rendimiento en el campeonato, donde ha tenido dificultades para sumar puntos.
El anuncio fue acompañado por una publicidad impactante, en la que Colapinto recibe un casco de Alpine con la bandera argentina impresa, simbolizando su regreso a la máxima categoría. En redes sociales, el piloto expresó su emoción con un mensaje claro: “Se hizo larga la espera, pero estamos de vuelta”.
El desafío para Colapinto será enorme. Alpine no atraviesa su mejor momento en términos de competitividad, pero el argentino tendrá cinco carreras para demostrar su capacidad y consolidarse en la Fórmula 1. Su debut en Imola, un circuito donde ya brilló en F3 y F2, será la primera gran prueba de esta nueva etapa.
La pregunta que queda es si Colapinto podrá aprovechar esta oportunidad para afianzarse en la categoría y convertirse en un referente del automovilismo argentino. Lo cierto es que su llegada como piloto titular representa un orgullo nacional y una esperanza renovada para los fanáticos de la Fórmula 1.
